EMPRESA Y EMPRENDEDOR, UNIDOS POR LA SUPERVIVENCIA. Antonio Martínez. Artículo publicado en La Opinión

Estamos en “La Era del Emprendimiento”. Sin duda, es una de las opciones que ayudan al crecimiento de la economía. Pero, no se puede apostar y dejar que esté toda la responsabilidad del crecimiento o sostenimiento de la economía en las personas que se arriesgan y se lanzan a ser empresa. Cualquiera no puede ser emprendedor.

Para serlo hace falta una preparación mínima. Si no se cuenta con ella, puede que sea un fracaso importante en su vida y un desastre económico.

Llevamos bastante tiempo en que las administraciones están promoviendo y presentando el emprendimiento como una de las mejores salidas. A estos emprendedores se les habla sólo de las bondades. No se les explica los problemas importantes que puede acarrearles el lanzarse al mercado. Las dificultades suelen acabar en que los emprendedores lo pierdan todo, y además se queden con deudas importantes.

¿Cómo se puede combinar que necesitamos personas con iniciativa e ideas productivas, y que puedan tener éxito?

Esta circunstancia la debemos imbricar con otro de los problemas habituales: nuestras empresas consolidadas temen arriesgarse a crear empleo porque no está claro que la recuperación se vaya a mantener.

Un empresario que ha conseguido pasar la crisis y durante estos años ha tenido que despedir empleados, con los problemas que ésto acarrea, ahora tiene muy claro que no va a contratar a nadie, a no ser que le resulte imposible seguir ofreciendo sus servicios al mercado sin más trabajadores. Donde antes hubiera contratado por un incremento de ventas “X”, ahora, hasta que el incremento no se triplique, o más, no va a arriesgarse. Contratar a un trabajador nuevo le va a generar muchos perjuicios si las ventas no se mantienen. Y quién puede garantizar que la recuperación va a seguir o, al menos, se va a mantener.

¿Cómo crear empleo sin que haya emprendedores, y sin que las empresas lo generen?

Las administraciones no están por rebajar los costes laborales, y una vez que la empresa contrata a un nuevo trabajador pasa tiempo hasta que los costes soportados son rentables. Tenemos que pensar en alternativas.

Una de las posibilidades que ofrece nuestro sistema es el apoyo a las empresas para que puedan externalizar parte de sus trabajos. La subcontratación o externalización puede ser la alternativa a la contratación. El tamaño de las empresas es muy difícil que aumente de manera relevante en la coyuntura actual, pero sí que es fácil que esas compañias puedan contar con mini o micro-empresas que le den el soporte para que puedan llevar un ritmo sostenido de crecimiento, sin tener que arriesgar contratando. Se amortigua el riesgo de que el crecimiento experimentado no se mantenga.

Aquí es donde las administraciones tienen que poner todo su empeño. Se deben promover medidas de flexibilidad y agilidad a la hora de que se pueda subcontratar con garantías. Se debe impulsar y ayudar a la creación de mini y micro-empresas que puedan dar soporte a medianas e incluso grandes empresas con garantías. Hay que fomentar la creación de estas mini y micro-empresas y que no existan las barreras y las trabas que suelen aparecer cuando se quiere externalizar trabajos con garantía y con agilidad.

Estos emprendedores sí que pueden lanzarse al mercado porque les buscarán para que desarrollen procesos y el soporte que las empresas necesitan. Debemos evitar emprendedores que se lanzan al vacío sin saber qué negocio van a crear, tan sólo queriendo emprender porque no tienen otra alternativa. En muchos casos, acabarán haciendo una inversión para un Bar, por ejemplo, que cerrará a los 6 meses, si es que llega.

Necesitamos emprendedores solicitados por el mercado. Emprendedores que sepan que hay demanda, que se les necesita, y que puedan trabajar para varias empresas haciendo labores similares. Como consecuencia, que la micropyme y la empresa contratante de servicios no dependa del riesgo del posible crecimiento o no, y si se mantiene. Ambos se enfrentan a la posibilidad de superar el ciclo económico porque parecía que la recuperación ya estaba aquí, pero no es así.

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